Confianza y desconocimiento

Echo de menos tus labios y tu sonrisa de "buenos días" y de "buenas noches". Echo de menos los besos de bienvenida y de despedida. Las discusiones por tonterías sin sentido. Tus mil y una formas de hacerme feliz, de arreglarme el peor día. Echo de menos los besos en los momentos más inesperados. Echo de menos los paseos de las tardes, y el ir a correr todas las mañanas. Echo de menos esa cualidad de tener una sonrisa para mi. Podría decir que te echo de menos a ti.
Quizás ahora es el momento de ocupar ese espacio que dejaste. Ese vacio que juré que nunca iba a llenar después de todo el daño que me hicieste. Pero ahora me veo en una situación en que tengo que elegir entre tres cosas. Elegir entre dos personas y mi principio de negarme a volver a equivocarme y que me hagan daño.
Quizás quedarme con una de esas dos personas sea lo mejor, pero son tan diferentes. Día y noche. Sol y lluvia. Cine y peli en cama. Alegría y curiosidad. Tontería y formalidad. Cercanía y lejanía. Confianza y desconocimiento. Y a la vez son tan similares. Sonrisa en la cara. Ganas de que la gente de su alrededor esté bien. Sabiduría. Que no sé que hacer. ¿Debería probar y luego decidirme? ¿Debería lanzarme sólo a uno y que sea lo que Dios quiera? A veces es tan complicado tomar una simple decisión. Tan complicado que a veces decidimos no arriesgarnos, por que doleria más lo que pasase que pasarse día tras día lamentándonos por no atrevernos.

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