Queridos lectores una vez que os he presentado a mi compañera de mesa me gustaría presentaros a mis profesores. Por supuesto no todos los profesores nos caen bien, por lo que voy a ser un poco buena a la hora de hablar de ellos. Pero en general todos tienen un aquel que les hace irreemplazables, aunque alguno que otro si que lo son...
En primer lugar está nuestra tutora. Nuestra tutora es...como una abuela para nosotros. Es tan linda...El caso es que aunque sea una persona genial sus clases son...¿cómo decirlo?...¿lentas?...¿interminables?...yo no digo que no de sus clases bien, que lo hace pero se para en algunas cosas a lo mejor durante 5 días. Y eso no mola mucho cuando te da dos asignaturas, y mas si esas dos asignaturas pues te parecían interminables...en pasado claro.
Otra profesora es la de gallego. Es tan linda. Para mi la mayoría de las profesoras son lindas, más que nada por que se portan con nosotros muy bien. El caso es que la de gallego nos pudo haber mandado tantas veces a la mierda y no lo hizo y sinceramente en algunos casos, como cuando empezamos a cambar un examen semana tras semana consiguiendo tener así como 4 fechas distintas para hacerlo..., pues hace que se le quiera mucho. Eso si, si un día nos manda a la mierda yo no me voy a quejar, porque, según mi parecer, nos lo merecemos desde la primera vez que le pedimos cambiar un examen
Otro profesor es el de lengua. Empezamos creyendo que era una asocial cuando dijo "Me comunico con mi familia mediante notas en el frigorífico" ¿Cuán triste puede ser eso? El caso es que después vimos que era un profesor majo que hacía amenas las clases y tal...Después al regresar de las vacaciones de Navidad algo le ocurrió al cumplir años y se volvió el típico profesor que hace las cosas por fastidiar. Y ya nos está cansando un poco diría yo...
Después otra profesora es la de inglés...ella no es linda. Es una de las mejores profesoras de inglés del instituto pero...lo que se dice linda...pues no es. Es mas bien...me abstengo de decir nada. Se que intenta que aprobemos pero...como que no...no lo consigue diría yo...
La profesora de mates es genial en todos los sentidos. Es verdad que a veces se enfada con nosotros pero se que lo hace por nuestro bien. Tiene sus momento graciosos y sus momentos serios, como cuando nos trata de usted...., pero sacando eso es una profesora a la que le gusta lo que hace, que le gusta que aprendamos...y además cada cierto tiempo nos mete cosillas de su vida muy graciosas. Es una grande.
Y después filo. Esa profesora es enorme. Aunque su voz me retumba en los oídos siempre, es muy graciosa, y no solo por lo suyo si no por que tiene sus puntazos increíbles. Es la típica profesora que amenaza a la gente con que si no se calla tiene que estudiar todo en casa y es en plan "Nos callamos, nos callamos".
Y solo faltan dos profesores. Uno de ellos es el de economía. Es un profesor que llega a clase siempre como alegre y te transmite esa sensación de "Bien llegó economía, me puedo relajar". En esa clase sabes que vas a aprender, pero que también vas a disfrutar y reírte. Y que probablemente a la hora de estudiar para un examen va a ser mucho mas fácil, tienes esa sensación, y es completamente real. Cuando llega el momento de estudiar y coges el libro lo haces con ganas, sabiendo que merece la pena el esfuerzo.
Y finalmente está la profesora de historia del arte. A muchos les pude parecer una profesora muy buena, muy maja y todo eso. Yo opino lo mismo pero sigo creyendo que la gente tarde o temprano se va a dar cuenta de que es un poco falsa. Lanza pequeñas puñaladas en medio de la clase que te dejan con la boca abierta...Pero aún así aprendes bastante con ella...
Es verdad que los profesores nos pueden caer bien o nos pueden caer mal, pero a fin de cuentas eso no importa. Dentro de unos años no nos acordaremos de ellos y seguiremos viviendo felices por el resto de nuestros días. Es cierto que algunos vaguen por nuestra mente pero eso sólo significará que han significado algo en nuestra vida.
Mis profesores también son todos muy especiales y algunos muy raritos, pero mis compañeros de clase son todos como tú: se olvidan de los 10 de febrero.
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