Hola queridos, ya estamos en Noviembre...que bonito. Quienes no sois de Ferrol no sabéis que aquí en la calle Real todos los otoños hay un señor vendiendo castañas asadas. Y yo, personalmente, no conozco a nadie de Ferrol que no haya ido a comprar allí las castañas al menos una vez en la vida, aunque mi madre dice que ella nunca ha ido a comprar castañas allí, no se lo cree ni ella, es una tradición de todo ferrolano ir allí a comprarlas al menos una vez en la vida...
Bien, el caso es que cuando hace mucho frío y pasas por ahí ves el carrito, por que va con un carrito, rodeado de mucha gente. Y a mi me recuerda a cuando pasaba por ahí cuando era una pipiola y me quedaba mirando como estaban las castañas ahí metidas, y te acercabas y te calentabas. Y el señor, que gran señor, siempre atento, hablando con la gente...
El caso es que ayer por la tarde estaba pasando por la calle Real y no pude evitar unirme a la gente que esperaba para conseguir mi primer cucurucho de castañas del año. Y estaba lloviendo y me sentí otra vez como una niña. Y cuando tuve el cucurucho entre las manos...se me calentaron las manos y tuve que cerrar el paraguas, eran las castañas o el paraguas. Y me sentí una niña, mojándome completamente, pisando los charcos y comiendo castañas. Y la gente se quedó allí esperando su turno, esperando a que les dieran su cucurucho, y los niños...los niños miraban como el fuego calentaban poco a poco las castañas...
Así que ya sabéis, si algún día venís a Ferrol y al pasar por la calle Real veis a un hombre vendiendo castañas asadas, pues podéis esperar vuestro turno y comprar unas castañitas y de paso, pues...calentar las manos.
Bien, el caso es que cuando hace mucho frío y pasas por ahí ves el carrito, por que va con un carrito, rodeado de mucha gente. Y a mi me recuerda a cuando pasaba por ahí cuando era una pipiola y me quedaba mirando como estaban las castañas ahí metidas, y te acercabas y te calentabas. Y el señor, que gran señor, siempre atento, hablando con la gente...
El caso es que ayer por la tarde estaba pasando por la calle Real y no pude evitar unirme a la gente que esperaba para conseguir mi primer cucurucho de castañas del año. Y estaba lloviendo y me sentí otra vez como una niña. Y cuando tuve el cucurucho entre las manos...se me calentaron las manos y tuve que cerrar el paraguas, eran las castañas o el paraguas. Y me sentí una niña, mojándome completamente, pisando los charcos y comiendo castañas. Y la gente se quedó allí esperando su turno, esperando a que les dieran su cucurucho, y los niños...los niños miraban como el fuego calentaban poco a poco las castañas...
Así que ya sabéis, si algún día venís a Ferrol y al pasar por la calle Real veis a un hombre vendiendo castañas asadas, pues podéis esperar vuestro turno y comprar unas castañitas y de paso, pues...calentar las manos.
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